domingo, 21 de outubro de 2007

Ser auténtico con sí mismo....

Vivimos un momento en la faz de la Tierra que,
a veces, parece que todos los valores morales están en baja.
Y usted, que construye sus más nobles virtudes,
en muchos momentos se siente enflaquecido por el propio mundo.
Cuando actúa con honestidad,
comentan que usted es tonto, que está remando contra la marea,
en vez de hacer lo que todo el mundo hace.
Pero si usted quiere ser grande ante su conciencia,
sea honesto aún así.
Si busca valorar sus actos en la justicia,
oye que esa actitud es la de un alienado,
viviendo en un mundo en que vence siempre el más fuerte.
Sin embargo, sea justo aún así.
Si está construyendo un hogar apoyado
en las columnas sólidas de la fidelidad,
es común oír carcajadas insanas o comentarios
maldosos acerca de su comportamiento.
Sea fiel aún así.
Cuando su corazón se compadece,
delante de los infelices de toda suerte,
no falta a mofaría de aquellos que piensan
que cada uno debe pensar en sí mismo,
ignorando los sufrimientos de los hermanos de caminata.
Tenga compasión aún así.
Si usted dedica algunas horas de su día,
voluntariamente, en favor de alguien,
rico o pobre, que necesita de su atención y de su cariño,
percibe las embestidas de la maldad
de aquellos que piensan que en sus actos
hay una segunda intención.
Sea fraterno y solidario aún así.
Cuando usted actúa con sinceridad,
con lealtad, es común ser tasado de insensato,
huyendo de lo común en que muchos usan
de intenciones mezquinas para conseguir lo que desean.
Sea sincero y leal aún asi.
Si, delante de las circunstancias de cada día,
usted revela su fe en Dios y en Sus soberanas Leyes,
y es llamado de crédulo,
mantenga su fe aún así.
Si en faz de tantos desatinos en el campo de la sensualidad
y en la falta de decoro que asola gran parte de los seres,
usted desea mantenerse íntegro y recatado y es llamado de loco,
manténgase íntegro y recatado aún así.
Cuando aquellos que se juzgan por encima
del bien y del mal intentan borrar la llama de la esperanza
que usted acuna en lo íntimo,
afirmando que la esperanza es la ilusión de la mediocridad,
mantenga la esperanza aún así.
Y, por fin, aunque alguien intente robar su coraje
de continuar luchando y creyendo en días mejores,
mantenga su coraje y continúe creyendo aún así.

Al terminar su jornada terrestre,
y sólo entonces, usted podrá contemplar
la ficha de evaluación de su desempeño.
Solamente usted será responsabilizado por sus actos.
Y tenga la certeza de que todos aquellos
que intentaron desviarlo del camino recto
no estarán allá para darle apoyo.

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