quarta-feira, 17 de outubro de 2007

DEJAD QUE LOS NIÑOS CREZCAN

Hoy es día de sonrisas y de mil purezas,
Es día de nuestros niños, sus ternuras;
Y es verlos jugar a adivinar, al arco,
en un movimiento que nada tiene de tacaño.

Es día de estar con ellos y de escuchar su
Clamor entusiasmado; he aquí también yo,
De pequeño, no tenía miedo.
Pues de los hombres no temia a ninguno.

Hoy las cosas son diferentes, cuidado
Es necesario, cuanto a la maldad de las personas;
Que los padres no sean aquí descuidados.

Déjalos jugar, en su mundo de broma;
Salgamos a la calle y cantemosles brios y alabanzas;
Asim crecerán, sin el vil dístico tan enfermo.

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